Para los que hayan visitado en alguna ocasión la isla de Ibiza, el tema del que voy a hablar a continuación les va a resultar muy familiar. Cada temporada, estamos muy acostumbrados a ver empapeladas las paredes de la vía pública, así como en el exterior de bares y restaurantes, con carteles que promocionan las fiestas de los diferentes clubs ubicados alrededor de la isla.
Para los turistas que visitan la isla en verano, es la vía más fácil y rápida de estar informados de las distintas opciones de ocio que ofrecen las discotecas.
Ibiza es conocida internacionalmente por sus numerosas e increíbles fiestas en la industria de la música electrónica, los djs más reconocidos mundialmente actúan en los diferentes clubs durante la temporada de verano.
Miles de turistas escogen Ibiza como destino vacacional para poder disfrutar de sus fiestas y no perderse ningún tipo de información relacionada con las actuaciones de los artistas más reconocidos e importantes eventos que se celebran en la isla.
Los carteles en Ibiza tienen un gran poder informativo a nivel turístico y local, este tipo de vía publicitaria se lleva utilizando en la isla desde los años 70.
Detrás de este fin publicitario de la cartelera discotequera, hay un gran equipo de publicidad que trabaja para los diferentes clubs, y que se recorren la isla semanalmente de norte a sur, distribuyendo dichos carteles y dejándolos expuestos en las zonas más visibles de la isla (comúnmente conocidos como pega-posters).
Cada cartel lleva un mensaje o imagen que identifica a la promotora o al club y muchos amantes de la cultura musical los coleccionan.
Actualmente se está celebrando una exposición de Pep Pilot en el faro de las cuevas Blancas en San Antonio, en homenaje a los diseñadores gráficos de la cartelera y salas de fiestas de Ibiza.
La exhibición (disponible hasta el 31 de marzo) es un auténtico viaje en el tiempo, algunos de los carteles anunciaban actuaciones de grupos musicales como Locomía o Ub40, cada uno de ellos llevaba mensajes cercanos al público, incluso imágenes o fotografías simbólicas de esa época, el leguaje que se utilizaba era muy diferente a la actual pero desde mi punto de vista, más comunicativo y creativo.
La exposición es corta pero muy entretenida, recomendada para todos aquellos que se encuentran actualmente en la isla, residentes y turistas, ya que dicha presentación conlleva un gran valor cultural e histórico.
» Gracias por este bonito viaje en el tiempo Pep Pilot «
Al llegar fuimos conscientes de que la organización en ese aeropuerto no se parecía a la de nuestros aeropuertos europeos, reinaba la desorganización; control de pasaportes covid , formularios a rellenar requiriendo una gran cantidad de información, diferentes mostradores pero solo uno donde se hacía efectivo el pago del visado y cuya transacción se hacía de manera individual; y mencionar que éramos 6 pasajeros después de 9 horas de vuelo; pues lo dicho a ponerse las pilas y poder salir del aeropuerto lo antes posible y empezar a disfrutar de nuestra aventura.
Tras rellenar todos los formularios , pagar los importes de las visas de permiso en el país y último control policial, nos encontramos fuera con el driver que nos esperaba para llevarnos al resort.
Al salir y ojear a mi alrededor pude observar diferentes autobuses que me devolvieron con mucha nostalgia a aquellos antiguos autobuses de los años 80-90 , carreteras sin asfaltar, escasa iluminación y señalización en la vía, gente a ambos lados de la carretera en pequeños y modestos mercados hechos con estructuras de metal donde vendían fruta, textil, comida, etc.. , todos sonreían y algunos nos saludaban , desprendían una bonita energía , felicidad y mucha humildad .
Del aeropuerto al complejo cuyo nombre era Paradise Beach Resort la distancia en coche era de 50 minutos, el resort estaba situado en la costa este de la isla, al llegar ya era bastante tarde , así que tras hacer el check in y preguntar algunos detalles necesarios para nuestra estancia decidimos ir a la cama a descansar y disfrutar del nuevo día que nos esperaba.
Las habitaciones eran cabañas cuyos techos estaban hechos de hojas de palmeras color gris y las fachadas eran en tonos blancos, amarillos, pistachos y ocre.
Las habitaciones eran básicas y con muy poco mobiliario, camas cubiertas con mosquiteras y un baño con ducha abierta.
A la mañana siguiente nos despertó una tormenta tropical que resonaba con fuertes relámpagos, la cual duró unas horas y al marcharse nos dejo un día precioso y soleado, al salir a nuestra terraza y observar la preciosa playa que teníamos ante nosotros , fue inevitable sonreír y disfrutar de aquel maravilloso paisaje; era como una postal repleta de altas palmeras, arena blanca, agua cristalina, monos colgados de los árboles que se mezclaban entre las pertenencias de los clientes del hotel que estaban tumbados en las hamacas de la playa .
Siguiendo nuestra itinerario al día siguiente volaríamos a Tanzania por tres días y disfrutar de nuestro esperado safari, nuestro vuelo salía muy pronto, el avión era bastante pequeño y tenía una capacidad de 30 pax, en solo 40 minutos ya estábamos en el destino, nuestra sorpresa fue al percibir desde el aire que íbamos a aterrizar en una pista de tierra en mitad de una inmensa reserva natural y wauuu... era la primera vez en mi vida que aterrizaba en un lugar diferente a una pista de aterrizaje de un aeropuerto y en cuestión de segundos los pasajeros aplaudían y las puertas se abrían para abandonar el aparato.
Allí nos esperaba el driver que nos llevaría al lugar donde nos alojaríamos dentro de esa reserva natural, los coches eran enormes jeep cubiertos con techo de tela y descubiertos en los laterales, de camino al campamento fuimos conscientes de que estábamos expuestos no solo a los insectos que vivían en la naturaleza sino a cualquier animal que no le asustara un poco de civilización como los monos, jabalís, elefantes, jirafas, etc...
Visitamos un pequeño poblado cerca del campamento ,donde pudimos comprobar la manera en la que viven, como están construidas las viviendas y sobre todo conocer como es su día a día.
También hicimos un paseo en barco, en el río mas largo de África llamado Rufiji ,en el cual parte de la población de los pequeños poblados cercanos se desplazan cada día para pescar, coger agua o lavar sus ropas.
Navegar con esos pequeños barquitos, en el inmenso rio fue relajante al mismo tiempo que impactante ,ya que pudimos presenciar familias de hipopótamos a escasos metros, cocodrilos, elefantes, simios y una gran diversidad de aves.
Llego nuestro día de safari, desayunamos muy pronto y a las 07.00am ya estábamos en camino, entramos en la reserva natural Selous la cual era inmensa, 50.000 kms cuadrados de superficie, desde el comienzo fue un regalo de la naturaleza, visualizar aquella diversidad de animales libres y a tan pocos metros de distancia.
Durante el safari comienzas a razonar como es la supervivencia de algunas de esas especies, un ejemplo a mencionar fue que algunas hienas cazaron una cria de hipopótamo y cuyos restos fueron devorados por una manada de aves y a escasos metros de lo sucedido en una laguna hallamos el cuerpo de su madre malherida en el lomo, mientras unos pajaritos intentaban curar sus heridas.
Como no mencionar que el ser humano sigue ayudando a desaparecer la fauna animal por hobbie o a cambio de poder económico, por ejemplo el último ejemplar de rinoceronte en la reserva natural de Selous desapareció en el año 2019 .
Hubo un momento del safari el cual fue incómodo y me hizo ver lo que el ser humano puede llegar a causar por plasmar una imagen a través de una foto o video, descubrimos durante el trayecto una leona sola, los jeep comenzaron a seguirla y poder estar lo mas cerca posible y así los asistentes poder sacarle fotos o videos, pude leer el agobio de aquel animal en sus ojos hasta que les pedí al driver y al guía que era suficiente y si podíamos proseguir con el safari.
Son estos momentos los que te hacen reaccionar y razonar que el ser humano debe de respetar y no cruzar la linea territorial de los animales para que éstos puedan seguir extinguiéndose y no convirtamos en una atracción o circo este tipo de actividades.
Tras finalizar nuestra aventura en Tanzania regresamos al resort de Zanzíbar donde nos disponíamos a disfrutar de unos días de descanso y realizar algunas excursiones y poder conocer un poco más la isla.
Uno de los días realizamos una excursión al norte de la isla donde se encontraba la isla de Atolón Mnemba, ahí disfrutamos de un día nadando con los delfines y snorkel, una maravillosa fauna marina repleta de corales que te impactaban por su belleza y la claridad de su agua, sin duda es un destino en el que si eres un fanático del marisco y deportes de agua, estás en el lugar correcto.
No todo fue playa, también optamos por descubrir la fauna forestal, escogimos visitar el parque nacional Jozani Chwaka,es un parque muy pequeño que puedes recorrer en una hora y media y realmente sientes la conexión con la naturaleza y su vegetación.
Durante el paseo dentro del parque estuvimos rodeados de monos y una parte que está dedicada a un santuario de tortugas.
Nuestros días en el resort fueron tranquilos, cada uno optaba por lo que le apetecía hacer, me encantaba despertar muy pronto e ir hasta el final del Pier que se encontraba junto al resort y practicar yoga cada mañana frente al mar, sin duda de los lugares más mágicos donde he tenido el placer de hacer mi práctica ;y el resto del día, pues lo que se hace en todos los resort alrededor del mundo, disfrutar de la buena comida, del sol, el mar y de algunas de las actividades que prestaba el hotel para sus clientes.
Llegó el final de semana y decidimos acabarla con una excursión llamada Blue Safari a una de las islas situadas en la costa oeste de Zanzíbar, fue un día completo, como siempre madrugamos bastante ya que las distancias desde el hotel hasta el destino elegido siempre rondaba los 50 minutos, el trayecto siempre era entretenido ya que mirar a través de la ventana todo lo que nos encontrábamos era maravilloso y curioso.
La isla se llamaba Kwale Island,para llegar hasta ella lo hicimos en un pequeño barco, a mitad de camino hicimos una parada para hacer snorkel y al llegar a la isla nos cocinaron una rica parrillada de marisco fresco, que desde mi punto de vista ,fue de las mejores comidas que tuvimos durante nuestras vacaciones, tuvimos tiempo para disfrutar un poco de aquella preciosa isla; a pie de playa habían pequeños puestos donde vendían pinturas, ropa, souvenirs y comida.
Mientras explorábamos la isla nos encontramos con un árbol de 300 años cuyas raíces eran extremadamente grandes y rodeaban el árbol en todos sus ángulos.
Acabamos el tour bañándonos en una laguna rodeada de vegetación, sin duda cada momento ha sido una gran experiencia.
Y llegó el momento de ponerle fin a nuestra gran aventura en ese maravilloso paraíso, con un nudo en la garganta dejamos la isla y todo lo vivido allí, llenos de anécdotas que recordaremos por el resto de nuestras vidas, porque allí la vida se vive a otro ritmo, no existen los problemas ni el estrés, viven con muy poco pero lo suficiente para ser felices y disfrutar el día a día con la mejor sonrisa, repitiendo su lema Hakuna Matata (todo está bien )
Feliz de haber tenido el placer de vivir esta bonita experiencia e incluirla en mi mochila de vivencias. Sin duda un viaje para disfrutarlo con niños, en familia , en pareja o mochilero, un destino seguro y lleno de personas humildes y alegres que están siempre dispuestas a ayudarte sin nada a cambio.
Hakuna Matata ❤️
Gara Martín 